viernes, 15 de octubre de 2010

26 - Almacenes con despacho de bebidas

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El primero que conocí fue el que tuvo mi finado padre, José S. Alvarez, en sociedad con Natalio Crocco.
Ocupaba un gran edificio donde después se instaló el Club Sportivo. Ese negocio explotaba el acopio de cereal, la venta de maquinarias agrícolas y la venta de mercadería comestible. Posteriormente, con la crisis mundial de 1929, dejó de operar.
También estaba la Magallanes, Perez y Cía., que por el mismo motivo cerró.
Más tarde abrió Casa Magallanes con venta de comestibles y tenía un surtidos de nagta Shell.

También estaba Casa Garrido que era un negocio de mercadería general, muy surtido, que después se trasladó a Gral. Arenales, la Casa Cerealera de Aimar Balbi en una oportunidad, y por poco tiempo, anexó Almacenes de Comestibles; y también Vicente Timoner con Almacén de Comestibles.

También estaba Eduardo Brassara con un pequeño Almacén de Comestibles con despacho de bebidas y tenía anexadas unas mesas para el juego de naipes. Luego Brassare le vendió el negocio a Miguel Navarro, quien a los pocos años se lo vende a Cirilo Coronel ya como Despacho de Bebidas y mesas de juego de naipes. Posteriormente Coronel se traslada a Gral. Arenales y le vende a Marcelo Colombo, un ferroviario que, al ser trasladado, se lo vende a Antonio Caprioli.
Todo esto ocurre mientras yo estaba en la Estación, fue el negocio que pasó por mayor cantidad de propietarios.



Mi padre- José Severo Alvarez (20 años)
17 jul. 1899 - 4 feb 1930


Estos almacenes que menciono con la vieja balanza de dos platos y un cajoncito perforado donde se colocaban las pesas de distinta medida, de mayor a menor, donde la mercadería se vendía suelta, muy poca era envasada como hoy en día y era frecuente ver el paquete hecho en papeñ blanco marca "Straza", donde el dependiente envolvía la mercadería con mucha práctica y donde el paquete, cualquiera fuera el tamaño, quedaba en forma de "empanada".

La venta con libreta era en esos lugares la única forma en que los clientes llegaran a fin de mes y los que trabajaban en la recolección de las cosechas se estiraban varios meses. Aún así se acostumbraba dar la "yapa" a los chicos -unas masitas con forma de animalitos.
En esos Almacenes con despacho de bebidas confraternizaban los colonos mientras realizaban sus compras y al atardecer caían los vecinos que regresaban del trabajoy se pegaban una vuelta para, con un vino o un vermouth por medio, confraternizar hasta la hora de la cena.

Hoy hilando recuerdos en el fondo de mi memoria oigo conversaciones de los pobladores que se reunían en los negocios, donde era frecuente ver los caballos atados a los postes o plantas de la vereda, moviendo el cabresto inquietos por las moscas entrre las varas del sulky y haciendo sonar la coscoja con la lengua los de montar, mientras sus dueños, sin apuro, despuntaban el vicio de las barajas y las copas.

También por un corto período funcionó una sucursal de la tienda "Blanco y Negro"; un mercado de González "Zubieta"; otro de Juan Navarro; una confitería de un yugoslavo de apodo "TOmasito", con mesa de billar y en la que era frecuente la legada de artistas ambulantes con piezas teatrales, guitarristas y cantores que dedicaban sus interpretaciones a los parroquianos que retribuían con algún dinero al "paso de la gorra". Esos artistas de esa forma hacían sus primeros pasos en el arte y quizás algunos de ellos llegaron a consagrarse en las primeras radios del país.

Mi Estación en su mocedad supo de la policromía de color que ponía en sus calles el diario vivir de sus habitantes, la tertulia de los vecinos así como también las veladas en los bares (llamados "boliches"), en los que se frecuentaban las tradicionales tendidas de trucho, mus, etc.
Y como no podía ser de otra manera también estaban los que solamente eran asiduos al mostrador, apoyándose en el "estaño", donde en un extremo en un cestante de hojalata apoyaban los vasos boca abajo y debajo del mostrador un balde de agua para enjuagarlos.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo una fotografía de mi abuelo montando a caballo y con la casa Garrido detrás debe ser de 1930

Rodolfo Álvarez Ríos (Lulo) dijo...

ANONIMO:
Me disculpo porque hace mucho tiempo que no entraba al blog de mi padre. Soy la hija de Lulo, mi nombre es Lilia y hoy entrè para publicar que hace 75 años que comenzó como peluquero y continúa trabajando.
Si me puede escribir a mi mail y me quiere enviar esa fotografía con más datos para que la publique aquì y se la muestrea mi papá se lo agradezco.
de.lirium.soy@gmail.com

Anónimo dijo...

En principio le digo que mi abuelo se llamaba Crispín gonzalez, voy a ver cómo le hago llegar la foto le agradezco por el interés