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Por referencia que tengo fue construida y diagramada por don Patricio Fiore en 1912.
Estaba rodeada por gruesas cadenas afirmadas en postes de quebracho colorado y se transponía a la Plaza por medio de ocho molinetes diseminados en su alrededor y adentrto de ella nos encontramos con doble hilera de árboles que daban una hermosa sombra y estaba construida de ocho canteros de forma triangular de 60 grados cuyos vértices convergían al centro de la misma, donde había un cantero central con la forma de una cruz Svástica con bancos de madera con respaldo, contaba con 10 canillas para el riego, alimentadas por un molino a viento que estaba en la casa de doña María Couso.
Yo la conocí con una variedad de plantas florales y arbustos de adorno y era una hermosa pincelada de color y perfume. En mi edad de purrete recreaba el verbo jugar y también supe trabajar. Mi padrastro Antonio Elizalde era placero y yo con mis ocho años compartía la escuela con la plaza, aprendí a carpir, cortar pasto, trasplantar, hacer almácigos, podar, atender la iluminación que consistía en cuatro sonámbulos faroles Petromax. Era el único alumbrado público en la comunidad. Luego ya adolescente nos mandábamos al paseo de chicas y muchachos del lugar, donde alguna vez grabé mi nombre en algún árbol, y hoy oigo conversaciones y risas en el fondo del tiempo de mi plaza y sigo considerando el perfume de mi planta favorita, la Magnolia, con sus flores de pétalos blancos y gruesos que son como espejos cuando los alumbra la luna creciente.
Con el tiempo sufrió el despojo de los cómodos bancos de madera que actualmente están en la plaza de General Arenales, en su lugar pusieron bancos de cemento que resultaron frágiles y con el tiempo se fueron deteriorando. El segundo despojo lo ocasionó un intendente irresponsable, le sacaron las cadenas dedjándola desnuda, en mi apreciación, los postes de la plaza actualmente están a los costados de la entrada al Cementerio, como custodiando sus muertos de la Estación.
Hoy mi plaza no tiene canteros, está sin plantas florales, es lisa como un pòtrero, no tiene demarcación de límite y su extensión se confunde con la cale.
El motivo del encadenado de la Plaza se debía a que en su época había muchos animales sueltos y eso impedía que entraran al predio y se comieran las plantas, aún así algunos se animaban. Cuando le sacaron las cadenas ese problema no existía pero aún así no se justificaba porque ellas marcaban un límite que hoy no tiene.
Desde estos renglones hago un pedido para el tiempo de los tiempos que cuiden la planta de Magnolia -que para mí debería ser considerada árbol histórico- porque ella representa una parte de la historia de varias generaciones. En lo que a mí respecta tengo en mis fosas nasales la sensación del perfume que emanaba de la blanca porcelana de su flor y no me puede pasar algo mejor.
Estaba rodeada por gruesas cadenas afirmadas en postes de quebracho colorado y se transponía a la Plaza por medio de ocho molinetes diseminados en su alrededor y adentrto de ella nos encontramos con doble hilera de árboles que daban una hermosa sombra y estaba construida de ocho canteros de forma triangular de 60 grados cuyos vértices convergían al centro de la misma, donde había un cantero central con la forma de una cruz Svástica con bancos de madera con respaldo, contaba con 10 canillas para el riego, alimentadas por un molino a viento que estaba en la casa de doña María Couso.
Yo la conocí con una variedad de plantas florales y arbustos de adorno y era una hermosa pincelada de color y perfume. En mi edad de purrete recreaba el verbo jugar y también supe trabajar. Mi padrastro Antonio Elizalde era placero y yo con mis ocho años compartía la escuela con la plaza, aprendí a carpir, cortar pasto, trasplantar, hacer almácigos, podar, atender la iluminación que consistía en cuatro sonámbulos faroles Petromax. Era el único alumbrado público en la comunidad. Luego ya adolescente nos mandábamos al paseo de chicas y muchachos del lugar, donde alguna vez grabé mi nombre en algún árbol, y hoy oigo conversaciones y risas en el fondo del tiempo de mi plaza y sigo considerando el perfume de mi planta favorita, la Magnolia, con sus flores de pétalos blancos y gruesos que son como espejos cuando los alumbra la luna creciente.
Con el tiempo sufrió el despojo de los cómodos bancos de madera que actualmente están en la plaza de General Arenales, en su lugar pusieron bancos de cemento que resultaron frágiles y con el tiempo se fueron deteriorando. El segundo despojo lo ocasionó un intendente irresponsable, le sacaron las cadenas dedjándola desnuda, en mi apreciación, los postes de la plaza actualmente están a los costados de la entrada al Cementerio, como custodiando sus muertos de la Estación.
Hoy mi plaza no tiene canteros, está sin plantas florales, es lisa como un pòtrero, no tiene demarcación de límite y su extensión se confunde con la cale.
El motivo del encadenado de la Plaza se debía a que en su época había muchos animales sueltos y eso impedía que entraran al predio y se comieran las plantas, aún así algunos se animaban. Cuando le sacaron las cadenas ese problema no existía pero aún así no se justificaba porque ellas marcaban un límite que hoy no tiene.
Desde estos renglones hago un pedido para el tiempo de los tiempos que cuiden la planta de Magnolia -que para mí debería ser considerada árbol histórico- porque ella representa una parte de la historia de varias generaciones. En lo que a mí respecta tengo en mis fosas nasales la sensación del perfume que emanaba de la blanca porcelana de su flor y no me puede pasar algo mejor.
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3 comentarios:
Toda la historia personal conectada con la historia de la plaza. Qué lindos recuerdos.
El aroma de las magnolias es profundo y definido, dicen que es la planta de la nobleza.
Yo a veces pongo en el hornito de aromatarapia. Pero claro, no es lo mismo.
La plaza en la foto aún se veía muy linda.
Abrazos.
MARINA: Es que las plazas siempre fueron el centro de los pueblos pequeños.
La realidad es que hoy la plaza está abandonada, la limpiaron y acomodaron para la fiesta del centenario de la Escuela, de ese momento es la fotografía, pero luego ya no la mantuvieron y hoy es un hermoso recuerdo para muchos.
Un abrazo. Lilia
La plaza de mi pueblo constaba de una particularidad, cada árbol estaba recortado con la figura de un prócer. San martín y su caballo eran el centro de la Plaza. De allí su nombre. Que recuerdos hermosos.
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