lunes, 11 de enero de 2010

7- Edificio Ferrocarril

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Antigua estación ferroviaria - Fuente: Taringa
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Lentos flecos de la vieja memoria que vienen repechando el vendaval de los años me llevan a describir la Oficina del Ferrocarril.
Para comenzar entramos por una puerta de dos hojas pintadas de verde y nos encontramos con un mostrador cubriendo todo el frente, en un extremo, levantando una tapa, se pasaba a la parte interior donde estaba el escritorio del Jefe y en la pared de fondo a un costado y a media altura, un reloj de pared.

Reloj BAP - Museo Avellaneda
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Había una puerta que comunicaba con la casa de familia, y al otro costado, adosado a la pared, el teléfono, y cerca una mesa donde estaba instalado el telégrafo, con el que con su golpetear de punto y raya el auxiliar telegrafista recibía mensajes y por supuesto transmitía.


Telégrafo
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En el andén techado, un banco de madera con respaldo.
Colgada la campana de bronce que con su metálico sonido le daba partida al tren.

A un costado de la Oficina, una Sala de Espera de 5 x 5 metros con una ventanilla que daba a la oficina donde se expendían los boletos y allí dos bancos con respaldo donde los pasajeros esperaban para viajar.
Y además los cuatro galpones donde se almacenaba el cereal.
Como anécdota digamos que en el año 1933 un ciclón o tornado arrancó y destrozó dos galpones sembrando de chapas los campos a dos kilómetros.

En un rincón de la Playa estaba el Embarcadero que tenía un corral grande con bebida de agua y terminaba en una manga como un embudo donde los animales al ser arriados entraban, que era el zaguán para entrar en el vagón-jaula.
Lo primero que eliminó el progreso fue el transporte de ganado por ferrocarril al Mercado Central con el advenimiento del camión jaula que también eliminó a los arrieros al cargar en el campo, y ha quedado el Embarcadero obsoleto sin sentir por años la pisada del ganado.
Contaba además con un Molino a viento para proveer de agua a los trenes, casa de familia para el Jefe; casa para el cambista; baños públicos; un pequeño cuarto para Encomiendas; la Torre de Señales donde se colocaba de noche un faro para las señales nocturnas.
El cambista recibía con su bandera verde en el paso a nivel a los trenes en su prolijo cambio de vías.

Frente a las oficinas estaba el galpón de cargas construido a alto nivel, coincidiendo con el nivel de las puertas de los vagones. A él llegaba toda la carga consignada para los negocios, la mercadería que consumía la población por intermedio de los Almacenes, los materiales de construcciñón, en fin, todo en general lo que pasaba a las estanterías y mostradores de los negocios había pasado por el galpón de cargas.

2 comentarios:

Marina Judith Landau dijo...

Muy buena descripción, precisa.
De leer, puedo imaginarme todo muy bien y transportarme hacia Estación Arenales, en aquella época...

Rodolfo Álvarez Ríos (Lulo) dijo...

MARINA: Todas las estaciones de trenes eran muy parecidas. Gracias por compartir este viaje al pasado.
Lilia