Con el arribo del tren comenzaba la danza ritual de las personas que apresuradas pugnaban por subir, por el mismo lugar donde luchaban con sus bultos los que bajaban, entre saludos de partida y de llegada propiciados por los familiares que habían acompañado el evento.
En otro sector el movimiento del Furgón Postal de Encomiendas con su carga y descarga, la venta de frutas, diarios y revistas y el movimiento de chicas y muchachos buscando a través de la ventanilla el rostro que los hiciera soñar como así también alimentando el sueño de emprender algún día el viaje a la gran ciudad. En fin, se recreaba la inocente fantasía.
Todo este gran movimiento se hacía apuradamente y pasados unos minutos el tañido de la campana de bronce que, tirando de una cuerda la ponía en movimiento el Jefe y dando una señal del Guarda del tren al Maquinista se daba partida.
El tren se ponía perezosamente en movimiento, sus ruedas sobre el riel y resoplando volvía a partir, y entonces los saludos cambiaban, levantaban las manos los de abajo y con medio cuerpo fuera de las ventanillas saludaban a su vez los de arriba.
Transcurridos unos minutos cesaban los ruidos y un silencio normal envolvía la Estación ferroviaria, hasta el próximo horario.
2 comentarios:
Supongo que la gente iría a la estación para la llegada del tren de pasajeros, aunque no esperase a ningún familiar o amigo.
Imagino que rea un ritual muy importante en la vida de la gente del lugar.
MARINA: La llegada del tren era una fiesta. Muchos imaginaban historias, muchos las concretaron. Muchos descubrieron a sus amores allí, otros partieron para abrirse camino en otros lugares.
Un beso
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